miércoles, 26 de septiembre de 2012

Presentación o algo así

Suelo emplear frases subordinadas. Me suelo ir por las ramas. Bien, éste es mi blog: 

“Álvaro 8½”. 

“Álvaro”, hace referencia a mi nombre; “8½” hace referencia a una película de Fellini (Fellini 8½, o Fellini ocho y medio, o Fellini otto e mezzo -Fellini, 1963-); el “8½” del título de la película de Fellini hace referencia a que cuando Fellini la escribió, rodó y montó contaba su película número ocho y medio, porque anteriormente había realizado 7 películas y un corto; y el hecho de nombrar a la película con un título que en primera instancia remite más a la realidad (nuestro mundo) que a la ficción (película de Fellini), hace referencia a otro hecho: que tras rodar su película anterior, La dolce vita, muchísima gente encumbró desmesuradamente al director. 

Esto conmocionó a Fellini, ya que todas sus obras anteriores no habían supuesto ni mucho menos un éxito comercial, ya que solían ser películas de autor de bajo presupuesto deudoras del neorrealismo italiano, o para entendernos mejor, películas directamente destinadas al fracaso comercial desde el mismo momento en que fueron concebidas (al menos en el ámbito internacional). Como iba diciendo, Fellini quedó conmocionado ante el éxito descomunal de La dolce vita, pues ahora el público esperaba muchísimo de él. 

Éste fue el germen que desencadenó Fellini 8½, película que trataba de la crisis existencial del propio Fellini, pero la cosa llegó mucho más lejos cuando durante el rodaje de Fellini 8½, éste descubrió que la obra se retroalimentaba a sí misma, hasta el punto de que la película trata en cierto modo, sobre la propia película, o quizá sobre el proceso creativo de la película. En resumidas cuentas: Fellini 8½ va sobre Fellini 8½

De este modo, según mi opinión, se abrieron las puertas a un concepto, el cual me interesa sobremanera y me ha dado quebraderos de cabeza hasta el día de hoy, que se denomina “metacine” -no confundir con “cine dentro del cine”- que trata básicamente de películas que, ya no sólo hablan y/o son conscientes de sí mismas (o incluso de su director), sino que además hacen teoría del cine. El concepto cobra más riqueza y profundidad si se intercala con el de “metarealidad” (Mulholland Drive, Abre los ojos), pero ahora no me apetece hablar de eso. 

El caso, y creo que ya estoy acabando, años más tarde un director neurótico llamado Woody Allen (seguro que éste le suena a más gente), dirigió una película que retomaba la misma idea (homenajeando y/o plagiando Fellini ), pero explotándola de una forma mucho más explícita, haciendo más evidente el desnudo mental del director ante el público. 

De largo prefiero la obra de Fellini a la de Allen; sin embargo, me parece un acto muy digno (no sé si digno es la palabra que buscó, pero es, de entre las que se me ocurren, la que más se acerca). En fin, que me parece un acto muy digno el hecho de mostrarte tal y como eres ante la gente, o al menos intentarlo lo más sinceramente que puedas; porque seamos francos: hoy en día, que no sabemos ni de lejos quien coño somos, ¿cómo vamos a saber mostrarnos ante otros?. Bueno, sólo añadir que la peli de Allen, se titula Desmontando a Harry (Enlace super-mega-hiper-ultra-interesante: http://www.upf.edu/materials/fhuma/oller/recerca/refl_text/isa3.htm#marcos). Así se explica la relación entre el título de mi blog y la dirección del mismo).





PD: La persona que piense que he escrito todo este tocho sólo para justificar la relación entre el nombre y la dirección del blog es que no ha entendido nada. 



PD2: A lo mejor me equivoco en la PD1, y debido a alguna sinapsis freudiana defectuosa y egocéntrica de mi mente SÍ quería justificar esta relación, en ese caso llamen al manicomio.





En fin, ya me he presentado bastante ¡Al carallo!

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